Todas nuestras debilidades nos hacen más vulnerables cuando pretendemos que no existen o que nadie las observa.
Según Peter Bregman, master coach certificado y CEO de Bregman Partners, el hecho de no reconocer ni aceptar nuestras debilidades es contraproducente por dos razones fundamentales:
Razón#01 Es insostenible
Somos humanos, por ende poseemos múltiples defectos y cometemos muchos errores. Además la vida cuenta muchas complejidades y dificultades que, más temprano que tarde, nos pondrán en aprietos y evidenciarán nuestras deficiencias.
Lo maravilloso de ser humanos es que, a pesar de ser imperfectos, contamos con una gran capacidad de mejorar y aprender.
Razón#02 Te convierte en un líder mediocre
La esencia del liderazgo es la conexión, las personas de tu equipo y de tu alrededor no van a seguirte, no trabajarán duro por ti, no entregarán todo, no se arriesgarán ni se sacrificarán si no se sienten conectadas contigo.
Entonces aquí viene la cuestión importante: ¿Crees que alguien de tu equipo o de tu alrededor podrá conectar, confiará y se sacrificará por ti, si solo les muestras solo las partes que crees que les impresionarán?¿Cuánto durará una relación así?
Y esa es la gran diferencia entre ser débil y tener debilidades.
En conclusión
Todos los que tenemos o hemos tenido cargos gerenciales contamos con la capacidad de gestionar bien el estrés. Podemos cumplir muchos objetivos en un solo día, trabajar durante largas jornadas y ponernos el equipo al hombro en los momentos claves para sacar todo adelante. Nunca nos rendimos frente a los problemas y nos esforzamos por solucionarlos.
Todo esto nos hace sentirnos SúperHumanos.
Y es cierto que nuestras capacidades pueden llegar a ser diferentes, sin embargo recuerda esto:
Nuestro equipo nunca pensará que somos menos si es que les pedimos ayuda, por el contrario nos tenderán su mano y nos conectaremos.
No somos SúperHumanos, y eso no solo está bien, sino que es excelente.